La cirujía para adelgazar puede producir trastornos oculares

A día de hoy, cuando estamos en pleno siglo XXI, una de las lacras del mundo moderno es la obesidad. Una de las maneras de combatirla y terminar con ella es la llamada cirujía de la obesidad o cirugía bariátrica.

Este tipo de cirugía busca la disminución del peso corporal como alternativa a otros medios no quirúrjicos, y el procedimiento más común es el bypas gástrico.

Las técnicas de este tipo de cirugía son variadas, pero en las grandes obesidades, las conocidas como obesidades “mórbidas”, se busca por un lado disminuir el tamaño del estómago y por otro limitar la absorción de grasas en el cuerpo del paciente.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la absorción de grasas no es sólo para alimentos altamente grasos como las mantequillas o frituras, sino que  hay numerosos nutrientes que tienen un comportamiento similar al de estas grasas y que necesitan de los mecanismos de absorción intestinal de las grasas para incorporarse al organismo. En concreto, nos referimos a las vitaminas liposolubles como la A, la D, la E y la K.

Es en esta mala absorción de estas vitaminas donde entran en juego los ojos, que pueden sufrir daños irreparables. En concreto y para que su superficie y la lágrima funcione bien es imprescindible la Vitamina A. Su falta produce una sequedad extrema de la superficie ocular que conyeva graves y molestos trastornos, lo que  se conoce como Xeroftalmía.

Además las Vitaminas A y E son fundamentales para el correcto funcionamiento de la retina y la adaptación visual a la oscuridad. Su falta produce la “Ceguera Nocturna”. Los pacientes que carecen de estas dos vitaminas no pueden estimular las células de la retina encargadas de la visión con poca luz y quedan inválidas en esas circunstancias.

Así, concluimos que este tipo de tratamientos pueden ayudar a mejorar la salud cardiovascular de los pacientes, pero que tienen consecuencias a todos los niveles del organismo, como por ejemplo en los ojos.

¡Hasta la próxima entrada!