Consejos para tratar los orzuelos

En esta entrada os contaremos algunos consejillos que pueden ayudaros con los tan molestos orzuelos en los ojos.

Lo primero es evitar rascarse los ojos de manera repetida y, si eso resulta inevitable, es muy importante lavarse bien las manos antes de hacerlo.

Si aún no tenemos formado el orzuelo y solo sentimos la molestia propia de que se está formando, es aconsejable aplicar calor en la zona, ya que  puede ayudar a drenar el contenido de las glándulas de los párpados e impedir que se forme. Sin embargo, si ya está formado el orzuelo, es muy beneficioso aplicar un paño caliente sobre la zona durante 10-15 minutos, varias veces al día y masajeándolo levemente para ayudar a drenar la zona.

Cuando tenemos un orzuelo, mucha gente tiene la misma tentación: ‘explotarlo’ como si fuera un grano. ¡No! Es mucho mejor no hacerlo y seguir las indicaciones que os damos en este post, ya que suelen drenar solos y al explotarlos podría extenderse la infección.

Acudir a la farmacia a que nos den algo para el orzuelo no es la mejor opción para hacer que desaparezca. Lo mejor es acudir al médico y que tras revisarnos el ojo, nos diga qué debemos hacer.

Si el orzuelo no ha desaparecido en siete días, crece, nos da fiebre, perdemos visión o el ojo se pone rojo, es imprescindible acudir rápidamente al médico, ya que estos síntomas no son propios del orzuelo y podríamos estar sufriendo cualquier otra dolencia que tenga que diagnosticar y tratar el oftalmólogo.

¡Hasta la próxima entrada!

El cloro en los ojos

Ahora que el verano se acerca y, está a las puertas la tan ansiada piscina, os vamos a hablar del cloro y del efecto que éste tiene para nuestros ojos.

Muchos de los problemas que acarrea el bañarse en piscinas, están muy relacionados con el cloro. Esta sustancia, es un potente desinfectante que se utiliza para tratar el agua con el fin de mantenerla limpia de bacterias y microorganismos.

Sin embargo,  este producto puede tener efectos irritantes en nuestros ojos, así como en la piel, en los oídos etc. A pesar de esto, es necesario en las piscinas, ya que sin él, pueden aparecer muy fácilmente dichos microorganismos y bacterias que pueden conllevar problemas más graves que los que produce el cloro.

Una de las partes del cuerpo a la que más afectan estos efectos de la cloración son los ojos y las afecciones provocadas por esta sustancia son frecuentes.

Sobre todo las personas que nadan con los ojos abiertos en la piscina pueden sentir la irritación que este producto provoca en la conjuntiva ocular, y que desde el exterior se percibe como un enrojecimiento de los ojos.

Sin embargo, existen conjuntivitis infecciosas que suelen estar producidas por bañarse en aguas poco cloradas. La diferencia entre unas y otras radica en el momento en que aparecen. Mientras que las conjuntivitis por irritación aparecen al poco tiempo del baño, las infecciosas aparecen a los pocos días del mismo.

Para prevenir cualquiera de ellas, recomendamos utilizar gafas protectoras para el baño que ayuden a proteger los ojos. Este punto es básico sobre todo para los niños, que suelen pasarse largos periodos de tiempo dentro de las piscinas buceando con los ojos abiertos.

Desde CliC Products también os recomendamos que utilicéis gafas de sol, y si son polarizadas como nuestro modelo Pilot mejor, ya que la radiación es un factor añadido de agresión.

¡Hasta la próxima entrada!